Cada 5 de diciembre se conmemora el Día Mundial de los Suelos, una fecha instaurada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para destacar la importancia de este recurso esencial para la vida en nuestro planeta. En Chile, un país de vasta diversidad geográfica y climática, los suelos son fundamentales para la agricultura, la biodiversidad y la adaptación al cambio climático. Sin embargo, enfrentan desafíos críticos que exigen atención y acción.
El valor de los suelos en Chile
Chile posee una riqueza natural que incluye suelos agrícolas fértiles en el Valle Central, ecosistemas únicos en el Altiplano, suelos de origen volcánicos en el sur del país y extensos humedales en la Patagonia, incluyendo permafrost (suelo congelado). Estos suelos son esenciales para el mantenimiento de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, así como para la producción de alimentos, desde las uvas de exportación y creación de vinos reconocidos internacionalmente, hasta cereales y legumbres que alimentan a la población local.
Además, los suelos desempeñan un rol crucial en la captura de carbono, la regulación del ciclo hídrico y del clima. Por ejemplo, los humedales del sur de Chile son un sumidero de carbono clave a nivel mundial.
Amenazas y desafíos
A pesar de su importancia, los suelos en Chile enfrentan graves amenazas. La erosión, causada por la deforestación, el uso intensivo de la tierra y las lluvias torrenciales en ciertas zonas, así como las extensas sequías, han dejado al menos un 49% del territorio nacional con algún grado de erosión, según datos de la FAO.
La contaminación por la actividad industrial, el uso excesivo de agroquímicos y la expansión urbana descontrolada y sin planificación territorial también contribuyen al deterioro del suelo. Por otro lado, el cambio climático incrementa las sequías, poniendo en riesgo la calidad y funcionalidad de los suelos en regiones claves para la producción agrícola.
Investigación y conservación: iniciativas en Chile
En el país, diversas instituciones están trabajando para abordar estos desafíos. El Centro de Tecnologías Ambientales (CETAM), liderado por el Dr. Francisco Cereceda y, el grupo de Agrobiotecnología del Centro de Biotecnología (CBDAL), liderado por la Dra. Marcela Carvajal, ambos de la Universidad Técnica Federico Santa María han desarrollado proyectos relacionados con la salud del suelo, explorando técnicas de bioingeniería para su restauración y mitigación de contaminantes.
La Dra. Carvajal indica que «Los suelos son el pilar de la vida, no solo para la producción agrícola, sino también para la regulación de procesos ecosistémicos clave. Desde el enfoque de la diversidad microbiana, los suelos degradados suelen poseer menos plasticidad para enfrentar cambios drásticos del entorno y con menor resiliencia. Sin su adecuada protección y restauración, el equilibrio ecológico y la seguridad alimentaria están en riesgo”.
El Dr. Cereceda, Director de CETAM y Profesor Titular del Departamento de Química de la UTFSM, señala que “la colaboración entre ambos grupos de investigación ha generado iniciativas de alto impacto a nivel regional y nacional, como los proyectos de ANID, FONDEF IDEA ID22I10279, enfocado en la recuperación de suelos degradados por contaminación con metales pesados mediante biotecnología microbiana, en donde colabora además CODELCO, División Ventanas y el proyecto Incendio PINC230027, cuyo objetivo es la recuperación de los suelos degradados post-incendios, donde aplican soluciones innovadoras “basadas en la naturaleza” para restaurar suelos afectados por estos siniestros. Ximena Fadic, Ing. Agrónoma e investigadora de CETAM-UTFSM, quien también participa en ambos proyectos, señala que “nuestro compromiso es claro: estos proyectos están enfocados en devolver la vida al suelo, promover la resiliencia y proteger este recurso esencial para las futuras generaciones. La investigación que estamos realizando permitirá desarrollar un bioproducto basado en un consorcio de hongos y bacterias nativas de las zonas de estudio, que se han adaptado a estas condiciones ambientalmente inhóspitas, las cuales estamos aislando e identificando y con las cuales podremos acelerar la recuperación de los suelos degradados, ya sea que estos estén contaminados con metales pesados o degradados postincendios forestales”.
La Dra. Carvajal, también investigadora del Departamento de Química, enfatiza que “la investigación científica aplicada en la restauración de suelos degradados es clave no solo por su impacto ambiental y ecológico, sino también por sus beneficios sociales y económicos. Desde una perspectiva ambiental, suelos sanos son esenciales para contribuir a la mitigación del cambio climático y la recuperación de ecosistemas degradados. En el ámbito social, la restauración de suelos mejora la calidad de vida de las comunidades rurales, asegurando medios de subsistencia, fortaleciendo la seguridad alimentaria y aumentando la resiliencia frente a desastres naturales. Asimismo, fomenta la participación comunitaria y la cooperación entre agricultores, ONG y autoridades locales. Económicamente, un suelo saludable incrementa la productividad agrícola, generando mayores ingresos para los productores y promoviendo el crecimiento económico sostenible. Además, disminuye costos asociados a la erosión, la pérdida de tierras cultivables y el uso intensivo de agroquímicos, favoreciendo prácticas agrícolas más rentables y sostenibles en el largo plazo”.
En este sentido, iniciativas gubernamentales como el Programa de Recuperación de Suelos Degradados (SIRSD-S) han incentivado a agricultores y comunidades rurales a adoptar prácticas más sostenibles, incluyendo la rotación de cultivos y la implementación de barreras vegetales y planes de remediación de suelos contaminados.
Acción ciudadana y conciencia ambiental
El Día Mundial de los Suelos invita también a los ciudadanos a participar. Organizaciones y municipios en Chile suelen realizar actividades como talleres de compostaje, charlas educativas y campañas de reforestación, promoviendo prácticas que contribuyen al cuidado de este valioso recurso natural.
El llamado es claro: proteger y restaurar los suelos es una tarea urgente que requiere esfuerzos coordinados entre el gobierno, las universidades, el sector privado y la sociedad civil.
Un compromiso para el futuro
Los suelos son la base de nuestra vida en la Tierra, su cuidado es vital para garantizar la seguridad alimentaria, la sostenibilidad ambiental y el bienestar de las generaciones futuras. En este Día Mundial de los Suelos, Chile tiene la oportunidad de reflexionar sobre su responsabilidad con este recurso y renovar su compromiso, en un esfuerzo mancomunado para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenibles.
Como señala la FAO “un suelo saludable es un planeta saludable”. En Chile, cada acción cuenta para proteger este recurso invaluable y mantener viva nuestra conexión con la tierra.



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