El equipo se encuentra en plena fase de despliegue hacia la Base J, un punto estratégico situado al sur de la Península Antártica, previo al destino final en la Base Yelcho.
La jornada comenzó temprano, alrededor de las cinco de la mañana, con el traslado inicial en helicóptero de un grupo de reconocimiento liderado por el glaciólogo Gonzalo Barcaza. Este primer equipo tiene la tarea de identificar la ubicación precisa para el aterrizaje y la posterior instalación de los equipos científicos. Tras esta etapa preliminar, un segundo grupo trasladará el resto de los instrumentos necesarios para llevar a cabo las actividades de investigación.
En la Base J, el equipo planea realizar un muestreo exhaustivo de nieve y aerosoles atmosféricos, al tiempo que se instalan instrumentos especializados para monitorear black carbon, meteorología y concentraciones de ozono. Además, se preparará el montaje de una nueva estación de monitoreo, que formará parte del Observatorio de Cambio Climático, una iniciativa liderada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología para fortalecer la investigación climática en la región.
Francisco Cereceda destacó el éxito de las actividades previas en la Base O’Higgins, donde se logró la instalación inicial de equipos de monitoreo ambiental. Estos primeros resultados proporcionan una base sólida para continuar con la investigación en puntos más al sur. En palabras de Francisco, la colaboración interdisciplinaria y la logística coordinada gracias a INACH están siendo fundamentales para superar los desafíos de trabajar en uno de los entornos más hostiles del planeta.
Con cada paso, la expedición avanza en su objetivo de generar datos cruciales para entender los cambios en el sistema climático global y sus implicancias para el futuro del planeta.



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