La Expedición Científica Antártica ECA 61 del CETAM enfrentó condiciones extremas durante su navegación desde la base O’Higgins hasta la bahía Fildes, en la Isla Rey Jorge. Tras ocho horas de viaje en aguas turbulentas, con olas que inclinaron la embarcación hasta 30 grados, bancos de banquisa y temerosos icebergs exigieron maniobras precisas del capitán, el equipo logró llegar al refugio en el glaciar Collins.
El objetivo principal fue recolectar muestras de nieve en una zona específica del glaciar, cerca de una pequeña playa visible en su base.
Estas muestras buscan aportar datos clave para analizar el estado actual del Collins, un glaciar crítico para estudiar los efectos del cambio climático en la Antártida. La travesía, descrita por el investigador Francisco Cereceda como una travesía sin fin, incluyó condiciones adversas: vientos fuertes, movimiento constante del barco junto a la caída y rotura de objetos dentro de la embarcación debido al oleaje, afortunadamente al ingresar a la bahía donde se ubica el Glaciar Collins, la protección de la bahía, permitió regresar a una condición de mayor tranquilidad.
El glaciar Collins, con su frente de hielo imponente y paisajes rocosos, se alza como un testimonio de la fragilidad y la resistencia de los ecosistemas polares. La última etapa de la expedición culminará en la base Escudero, punto final antes del regreso a Chile continental.



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